Un poema de Czeslaw Milosz

Me gusta detenerme en los poemas de Czeslaw Milosz, la relectura de sus poemas siempre ofrece nuevos filamentos de emoción y sentido; la respiración casi bíblica de sus versos desmenuza la sensibilidad de un hombre que vivió la destrucción en carne propia; la caída de Varsovia a mano de los nazis como símbolo de un siglo de catástrofes, que nos alcanzan hasta el día de hoy: “Pero a mí me es dada la esperanza cínica,/ Porque desde que abrí los ojos he visto sólo resplandores de incendios y matanzas,/ Sólo perjuicios, humillación y ridícula infamia de los fatuos”. Y a pesar de esa visión dolorosa del mundo, hay en su poesía hermosos pasajes de esperanza descreída. El siguiente poema no sólo es una reflexión sobre el ejercicio del poeta y el trance creativo, su mirada irónica reflexiona sobre la pérdida de esa la literatura comprometida con la sustancia que define y reivindica el alma humana.

¿ARTE POÉTICA?
Por Czeslaw Milosz

Siempre he añorado una forma de mayor capacidad
que no fuera demasiado poesía ni demasiado prosa
y permitiera entendernos sin exponer a nadie,
ni al autor ni al lector, a las penas de mayor grado.

En la esencia misma de la poesía hay algo indecente:
brota de nosotros la cosa que ni sabíamos que dentro de nosotros existiera,
luego parpadeamos como si de dentro de nosotros saltara un tigre
y estuviera de pie, en la luz, con la cola pegando en sus costados.

Por eso con razón se dice que es el daimonion quien dicta la poesía
aunque se exagera afirmando que sea por cierto un ángel.
Es difícil entender de dónde este orgullo de los poetas
si les da vergüenza a veces cuando se ve su debilidad.

¿Qué hombre razonable querrá ser un estado de los demonios
que gobiernan allí como en su casa, hablan multitud de lenguas,

y como si fuera poco robarle su boca y su mano,
intentan por su conveniencia robarle el destino?

Porque lo enfermizo está en precio hoy día,
alguien podría pensar que sólo estoy bromeando

o que inventé una forma más
para elogiar el Arte sirviéndome de la ironía.

Había tiempos cuando se leían sólo libros sabios
que ayudaban a soportar dolor y desgracia.
Pero no es lo mismo que hojear las miles
de obras que provienen directamente de la clínica de psiquiatría.

Y sin embargo el mundo es diferente de lo que nos parece
y nosotros somos diferentes que en nuestro devaneo.
La gente guarda pues una honradez callada,
ganando así el respeto de sus parientes y vecinos.

Éste es el provecho de la poesía que nos recuerda
lo difícil que es quedarse uno la misma persona
porque nuestra casa está abierta, en la puerta no hay llave
y los huéspedes invisibles entran y salen.

Lo que cuento aquí, de acuerdo, no es poesía.
Porque las poesías pueden escribirse rara vez y de mala gana,
a la fuerza insoportable y sólo con esperanza
de que buenos y no malos espíritus dentro de nosotros tienen instrumento.

Traducción de JAN ZYCH

6 comentarios sobre “Un poema de Czeslaw Milosz

  1. Tuve un acercamiento a la poesía Polaca hace unos meses a la mano de un traductor catalán llamado Xavi Farré.

    Y me quedé sin palabras, lo que me lleva a valorar por mucho el trabajo de los traductores.

    Saludos mi buen.

  2. Hay un error de de dedo en esperanza en la introducción, está escrito con «s» en vez de «z». Bello poema que nos pone ante lo que no tiene nombre y tratamos de nombrar. Gracias por compartir esto.

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